Seguro que se han fijado alguna vez en el color de las casas de los
pueblos del sur de España. Todas son de un blanco resplandeciente, y no
es por casualidad, los muros blancos se calientan menos que los oscuros
porque permite reflejar la mayor parte de la luz solar. Si los pueblos
Andaluces tuvieran sus casas pintadas de colores oscuros, gran parte de
la radiación solar sería absorbida y refrigerar su interior sería mucho
más complicado. De ahí la tradición de encalar las fachadas de las
casas, aunque muchos habitantes ni siquiera sepan el verdadero origen de
tal tradición.
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Pueblo de Casares (España) |
Teniendo esto en cuenta, resulta paradójico que las vestiduras de los
ciudadanos de los países árabes, que en su mayoría se encuentran en
latitudes más bajas que España, luzcan de negro. ¿Es posible que el
negro sea más fresco en un desierto? A primera vista, lo lógico sería
vestir de blanco pues la ropa se calentaría menos bajo un sol abrasador.
Solo tienen que observar el color de su propia ropa de verano para
comprobar que son principalmente colores claros.
Sin embargo, cuando el calor del aire exterior supera la barrera de la
temperatura corporal (37ºC), la ropa negra permite una mejor
refrigeración. Veamos por qué:
Del color de una superficie depende la cantidad de luz que refleja y,
por ende, la cantidad de calor que absorbe. Cuanto más oscura es, más
luz absorbe y más calor produce. El sol del mediodía puede emitir sobre
la superficie unos 1.000 vatios por metro cuadrado (la media es de 1.373
W/m2 según la Organización Mundial de Meteorología). Un objeto negro
puede llegar a absorber hasta el 90% de esa energía.
Pero también debemos tener en cuenta la radiación que emite el propio
cuerpo al calentarse. Al emitir energía el cuerpo se está enfriando. Una
vestidura que se encuentre a 40ºC, está emitiendo radiación en el
infrarrojo lejano. Esto implica que cuanto mejor absorbe una prenda la
radiación solar, más radiación infrarroja emite. Una prenda negra, será
un buen absorbente, pero también un gran emisor (unos 500 vatios por
metro cuadrado a temperatura ambiente).
Ahora entenderán por qué la ropa interior que utilizamos en invierno
suele ser blanca. El blanco absorbe menos, pero también emite menos
calor que el negro, lo que facilita mantener la temperatura interior.
Según Jean-Michel Courry y Edouard Kierlik (Investigación y Ciencia, abril 2008), la
energía absorbida por la chilaba negra de un beduino es de 840 vatios
por metro cuadrado, mientras que sus pérdidas por radiación infrarroja
son de 540 vatios por metro cuadrado. Por lo que existe una ganancia
neta de energía de 300 vatios. Si la chilaba fuera blanca, como en
ocasiones ocurre en Arabia Saudita o Marruecos, absorbería 650 W/m2 y
emitiría en el infrarrojo casi como un tejido negro 530 W/ metro2. Eso
último es debido a que la emisión de radiación solo depende de la
temperatura que tiene el cuerpo. Pero al final tenemos una diferencia de
solo 120 W/m2, que es claramente inferior a los 300 que vimos con el
negro. Si midiéramos en ese momento la temperatura superficial de una
prenda y de la otra, comprobaríamos que la clara está a 41ºC mientras
que la oscura alcanza los 47ºC, ¡seis grados más caliente!
Pese a esta contradicción que todos intuitivamente podíamos esperar - la
ropa oscura se calienta más-, las chilabas de los beduinos son
predominantemente negras, al igual que las tiendas en las que se cobijan
en los desiertos.
LAS TIENDAS DE LOS BEDUINOS
Acerquémonos un poco más a la respuesta definitiva de por qué se eligen
colores oscuros para vestir en climas de calor seco, estudiando lo que
ocurre a nivel físico en las tiendas de los beduinos.
El toldo negro de las tiendas da más sombra en su interior (menos
radiación lumínica general) que un toldo claro para un mismo grosor del
tejido, pero el problema es que los toldos negros se calientan mucho
más. Para evitar este problema los beduinos procuran mantener las
tiendas siempre abiertas, con lo que la diferencia de temperatura entre
el caliente toldo y el suelo que se encuentra relativamente más frío,
sirve para generar una corriente de convección en su interior.
Dicho de otro modo, las tiendas de los beduinos son auténticas
"chimeneas" que se aprovechan del calor del Sol. El aire al entrar en
contacto con el tórrido toldo se calienta y sube para abandonar el
interior de la tienda por arriba. Al hacerlo aspira por la parte
interior aire más fresco. De este modo se genera una corriente de aire,
provocada gracias a la mayor temperatura del toldo negro, que mueve el
aire como si fuera un ventilador. Y la gracia del asunto es que eso lo
consigue, ¡incluso en total ausencia de brisa!
VOLVIENDO A LAS TÚNICAS DE LOS BEDUINOS
Las túnicas que visten los árabes consiguen crear el mismo efecto de
convección visto en las tiendas, facilitando que la temperatura corporal
de la persona se mantenga estable en 37ºC, independientemente de la
temperatura exterior. Para ello la chilaba no solo tiene que liberar el
calor proveniente del exterior, sino que también tiene que refrigerar el
organismo de la persona, que emite por si solo unos 100 W de forma
continua.
A buen seguro a estas alturas ustedes siguen sin saber por qué la ropa
oscura es mejor que la clara. La transpiración corporal es el elemento
que falta para conseguir la ansiada respuesta).
El cuerpo humano es capaz de evaporar más de medio litro de agua por
hora para refrigerarse. Un vestido con la configuración y el color
adecuado puede potenciar el efecto refrescante de la sudoración, como si
de un aire acondicionado portátil se tratara.
Lo que no hemos comentado hasta ahora es que los beduinos en realidad
llevan una doble chilaba. La que está cerca del cuerpo, suelen ser
prendas claras de algodón para que absorban el sudor y no se calienten
demasiado (reflejan mucha radiación). Estas prendas nunca están
ajustadas al cuerpo, para permitir el libre tránsito del aire. Sobre
esta se sitúa una segunda prenda, también con gran holgura y de color
negro (mucho más caliente). De este modo el aire circula fácilmente
entre las dos prendas, evaporando el sudor corporal y refrescando a la
persona. El aire caliente generado por esos 300 vatios de energía
calorífica antes mencionados de la chilaba negra asciende por el
interior hasta liberarse por su parte superior - como si de una
chimenea se tratase -, eso facilita la absorción de aire más fresco que
entra a la altura de los pies, generando una corriente de convección. El
color de las túnicas actúa a modo de motor térmico para mover el
aire, como si las chilabas tuvieran un ventilador en su interior.
EN RESUMEN
Las chilabas negras consiguen mayor potencia de ventilación
-convección-, como vimos anteriormente, disponen de un potencial de
ventilación de 300 W/m2 frente a los 120 W/m2 de las blancas. Eso unido a
la sudoración del cuerpo humano (los que sean españoles conocerán el
famoso "efecto botijo" de refrigeración) las convierte en un aire
acondicionado portátil que refresca el organismo de forma mucho más
eficiente que los colores claros.